12.20.2008

Llegaron los 31 (Catu)

Desde que cumplí 30 años he empezado a tomar en cuenta los años que tengo, mejor dicho me han hecho tomar en cuenta, por la cara de asombro que muestra la gente cuando me pregunta mi edad y les respondo, además por las bromas estúpidas que se gastan en torno a la respuesta.

Es cierto, el tiempo no pasa en vano y me gusta que haya pasado y haya aprendido tanto, lo mejor de todo es la conciencia que se despertó en mí, no la cambio por nada.

Mi miedo es el envejecimiento físico o el deterioro, no lo acepto!

Las emociones que vivo marcan mi vida y se plasman en mi físico; cuando digo esto pienso en el retrato de Dorian Gray y lo que puedo ver es que el color de mi piel no ha permitido que de tanto reír, se formen las típicas patas de gallo aunque se han marcado las líneas de mi enojo en la T de mi rostro, los puntos y baches en cualquiera de mis partes se quedaron para recordarme mi adolescencia y mi condición mensual de ser mujer, la fortaleza de algunos músculos me recuerdan mis raíces, el Tai Chi, los aeróbicos y el fútbol.

El corte de pelo mal hecho, las uñas cortas, el dolor de espalda, el tobillo torcido, las infecciones frecuentes, la sensibilidad hacia las frases profundas y los poemas hechos canciones, el gusto por cantar, el interés por la musculatura y el deporte, las ganas de estar bien parada, el amor a los colores, la gratitud por mis amigas, las conversaciones con Manuel y Any, no las cambio por ninguna, las sonrisas a los desconocidos, las buenas intenciones, la candidez, la claridad y el despertar, el entendimiento del respeto – difícil proceso, en una sociedad tan criticona – , la suspicacia que es una cruel cualidad y a pesar de ella, no he dejado de decepcionarme, si no crezco con la persona que estoy alado, no tiene sentido la relación, y la decisión de mejor andar sola que con malas compañías.

12.15.2008

Mi último lunes 2008 en Mazar (Catu)

Es lunes, no tengo ganas de trabajar, he pasado ya 15 días en este campamento, el sueño me domina, trato de mantenerme despierta, lo consigo pero no creo ser muy productiva de acuerdo a los requerimientos de la empresa, no se si eso me importa. Hace 15 días decía que me gustaba mi trabajo, no ha dejado de agradarme sin embargo la explotación de la que fui presa me ha quemado; un día llegué a pensar que ya no me importaba nada.

Aquí casi todos lucen concentrados y responsables, parecen unas máquinas.

Ayer mucha gente se emborrachó, con las personas con las que compartí ese tiempo, fueron poco a poco dejando ver su estado emocional, encontré inconformidad y tristeza, todos añoraban sus casas y sus mujeres; la vida de todos cambió desde que llegamos aquí. Igual que yo, desde que trabajo aquí he experimentado intensamente y a cada instante mi condición de humana.

Hago lo posible por vivír disfrutando de lo que tengo ahora, no es fácil porque mi relación con los otros modifica mi estado de ánimo, yo se que no debería ser así pero pasa.

Existo, estoy aquí y acepto lo que tengo ahora, acepto a la gente con quien convivo, acepto el clima y el tiempo, acepto a mis jefes y me acepto a mi misma, integra y descompuesta.

12.08.2008

EL LUNES LLEGAN LOS EXPERTOS! (Catu)

La radiación de la máquina me provocó calor y yo sentí que no lo quería, me hacía sudar.

Sentada, arrodillada, parada, estirada, casi acostada, de un lado y del otro, ya no hay posición que aguante.

Empezó el dolor de la espalda, los hombros, la cintura y casi nunca me ha pasado, el dolor de las rodillas.

Las risas, el desprecio, los coqueteos, las bromas con doble sentido, la visitas, la imaginación.

La decepción, la ira, las ganas de llorar, el adormecimiento para no ver la realidad, la añoranza, la tristeza inexplicable, y la soledad.

Los abrazos, las sonrisas, los buenos deseos, la sorpresa, la buena voluntad, las ganas de hablar, la solidaridad, el deseo de acompañar, el olvido, la gratitud, las disculpas, el entendimiento y la paz.

El sueño, la tolerancia y aprender a escuchar.

Ansiedad, reconocimiento, miedo y otra vez la soledad.

Me pierdo en el infinito, la mirada traspasa todo lo físico, me pierdo en mis recuerdos que son repentinos, no noto el tiempo pasar y me olvido de la presencia de quien habla y canta frente a mí.

Todo esto he sentido en una semana, son “full” emociones, provocadas por la preparación de un informe para un grupo de “expertos” en el tema, que lo más probable es que no vean la minuciosidad del trabajo.

El cansancio no me ha dejado tiempo para leer, ni escuchar mi música y tampoco he realizado actividad física alguna que me mantenga saludable, que me quite el tabaco de la boca y tonifique mi cuerpo. En esos momentos no había nada mas importante que el informe, por qué? No lo se, tal vez por responsabilidad. Esto alteró mi estado de ánimo y me volvió en apariencia insensible pero en realidad, subí y bajé emocionalmente. Yo lo acepté así, pero algo va a cambiar, aún no se qué, ni cómo pero pasará.