Después de una limpieza energética con un buen chorro de agua caliente que empieza su recorrido en la corona de los santos y llega hasta los pies que están sumergidos en un charco que recoge todo lo que no se va por ese agujero que le llaman sifón, el cuerpo es masaje-bañado con la olorosa Nivea con la intención de que el clima y el tiempo no dejen señales de su inclemencia y con la esperanza de que limpie las huellas que mis uñas dejaron en la piel cuando pelearon violentamente con unas huéspedes indeseables. En seguida un calzón y una camiseta verde, larga y ligera, solo esto para sentir la suavidad del roce de mis piernas.
Ahora si, la que me ha estado esperado todo el día desde que le dejé en la mañana, porque a medio día solo le di una probadita de lo que le esperaba en la noche, mi cama, celeste, limpia, solita, cálida, blanda y dura, me recoge entre sus sábanas.
Antes de dormir, opto por despejar la mente y cambiar las ideas que han rondado mi cabeza durante toda la jornada, entonces escojo un libro, alentador y triste a la vez, “El diario de Ana Frank”. Desde mi punto de vista creo que es una buena conversadora acerca de la obligatoriedad de su convivencia con un grupo de gente -que se parece a mi realidad aunque en otras condiciones-; me identifico en algunas cosas, sobre todo en la percepción que tiene Ana de si misma y de las injusticias que se cometen en su contra. Después de cierto tiempo y del tránsito por algunas hojas, la vista se torna borrosa y el interés se desvanece; ahora si, apago la luz y a dormir se ha dicho, última palabra.
Cierro los ojos, el cuerpo cede al cansancio, me doy la vuelta a un lado, no, mejor de frente para que no se cuelguen las mejillas, sin darme cuenta giro a la izquierda, no mejor boca abajo, mejor a la derecha, no, mejor…Hay un torbellino de ideas en mi cabeza!, no tengo voluntad, es incontrolable, la mínima consciencia se despierta y descubre una pierna rígida y mi cabello mojado.
Una parte del cerebro dice que tengo que dormir, pero por ahí sale una segunda parte más imponente a decir que no, empieza a dar sus razones y sin darse cuenta la primera se deja engañar y se mantiene despierta. Uno de los temas expuestos por la locutora es lo físico, dice que la mezcla de los cambios hormonales -producidos por la menstruación- con los químicos que exterminan parásitos del estómago, no es buena combinación; también dice que invitar a la cabeza fría servía para tomar buenas decisiones pero que se vuelve inoportuna antes de dormir.
Los personajes que mi cerebro trae a colación son: el jefe de campo, el vertedero, los datos estructurales, mis compañeros, mi papi, la Lore, la Vane, Alvy, mi papi, la Mery, Gabi, el Mateo, Any Lu, Helen María, Edgar, el viaje a Suiza, los museos y lo que no he estudiado de Europa y de los países que visitaremos, el dinero, los excesos en la alimentación, el kundalini yoga, la capoeira, el catuypecu, la bicicleta…y por último Gótica, las sombras, los fantasmas, el desdoblamiento y el miedo que siento. Ya no puedo mantener los ojos cerrados por mucho tiempo, hacen lo que quieren, se abren a cada rato aunque les ordene que no, el miedo es más dominante.
Después de mucho, mucho tiempo dando vueltas y pensando en cualquier cosa, al fin, logro quedarme dormida.
Pi, piii, piiiiiiiiiiiiii, piiiiiiiiiiiiiiiii,
qué?, qué pasa?
hora de levantarse!?!?
Pero si recién cerré los ojos!...