3.14.2010

8 de Marzo (Catu)

La historia del 8 de marzo se reduce a 140 mujeres muertas por protestar por las condiciones bajo las cuales trabajaban. Reclamaban el mismo reconocimiento que se les daba a otros seres humanos, los hombres.

Escribir acerca de este día es volver al pasado y fijarme en el presente para ver si desde hace 100 años las cosas han cambiado; celebrar los cambios y al mismo tiempo dar mi testimonio de mujer trabajadora.

Hace unos años yo no entedía que significaba el festejo del día de la mujer; era algo ajeno a mí, pues era una estudiante universitaria contra la que supuestamente no se cometían injusticias entonces solía decirme a mi misma "No hay que festejar el día de la mujer, qué tiene de especial?".

Para mi, ser mujer aparentemente no era una carga, aunque poco a poco me fuí dando cuenta de las exigencias a las que debía responder de modo adecuado para no tener problemas; empezando por sentarme con las piernas cerradas (inconciente me repetía lo que me enseñaron en la casa, en la escuela, en la iglesia.. tu sexualidad, tus placeres, tus olores, tu carne son cosas de las que te debes avergonzar, cubre "tus verguenzas") para demostra que tenía pudor.

Escogí una profesión que prácticamente desconocía, mi sueño o ideal era trabajar al aire libre, con el canto de los pájaros, en medio de los colores, el viento en mi rostro, el dulce sol acariciándome y las mariposas volando a mi alrededor.. Escogí ser ingeniera geóloga; una carrera que históricamente, como muchas otras carreras, era ejercida por hombres; pues las rocas, las montañas, el subsuelo, el movimiento de las placas y el cálculo de su velocidad eran "cosas de hombres". Al principio, ni siquiera sabía que se decía eso de la carrera, pues lo que se decía es que la mujer que estudiaba ingeniería mecánica era "admirada" porque tal vez era inteligente pero seguro era fea.. de las geólogas no se había escuchado nada de nada.

En la carrera hice pocos amigxs; pero era sociable y sobre todo cándida. En las conversaciones solía decir que no me gustaba la violencia y creía que si una mujer golpeaba a un hombre o al revés, estx le otorgaba al otro el derecho de responderle igual. Mis compañeros me miraban desconfiados, yo creo que me consideraban machista. Lo que intentaba decir era que somos iguales en derechos, pero ellos, no quisieron entenderlo así.

Recuerdo a un compañero diciéndome "No me importa lo que me digan los demás, si sigues molestándome, te voy a pegar"; ahora no sé cómo le molestaba, sólo sé que yo estaba jugando porque sonreía. Ahora se que su incapacidad mental no le permitía responder distinto a lo que alguna vez aprendió. A esto le llamo violencia sicológica.

Recuerdo a otros comentar que algunas empresas no contrataban mujeres geólogas, pues se supone que damos mala suerte a los pozoas, a los túneles, a las minas; osea la fama de brujas fue mal concebida. A esto le llamo ignorancia y discriminación sexista.

Recuerdo también a una compañera que no veía a las otras mujeres como competencia; sólo los hombres estaban a su nivel mental, para ella todas eramos unas tontas. A esto le llamo sexismo.

Recuerdo a otra declararse feminista, y decir que las mujeres eramos mejores que los hombres, la razón, ninguna, sólo era competencia, claro sexismo; ella siermpre tuvo altas calificaciones y fue buena estudiante. Una noche bebiendo con sus "amigos", los llevó a su casa y a la madrugada fue violada. A esto le llamo abuso sexual, violencia y discriminación.

Son varias las anécdotas que tengo, y la última es que un compañero quiso indagar acerca de mi sexualidad, pues habían rumores de que me gustaban las mujeres. Esto es intromisión en mi vida privada.

Hice mis prácticas de pregrado en una empresa municipal; yo creí que ahí conocí el mundo laboral; lleno de envidias, calumnias, mentiras, egoismos, clasismos, resentimientos, borracheras y mas..  Me sorprendió encontrar trabajamdp ahí a una excompañera de la U. Ella se mostraba eficiente, interesada en la geología y emprendedora; sin embargo, estaba sola, pues su actitud no convencía porque no convenía a sus compañeros que ya llevaban muchos años trabajando en ese lugar; acostumbrados a su propio orden "público", por lo tanto se rehusaban a cualquier cambio. Su relación con ella era hipócrita, entonces ví y oí las peores calumnias y las más bajas interpretaciones que se le otorgaban a sus actos.

Para este tiempo yo ya había hecho trabajos de geología, sin el título, por lo que cualquier desprecio interpreté como error mío, por no haberme graduado aún; claro que sufría, lloraba, tomé algunas terapias y poco a poco fuí comprendiendo que era una mujer joven con figura de autoridad ante unos hombres que tenían muy claro que una mujer no les podía mandar, entonces con mucho pesar me llamaban ingeniera y cuando se enojaban me decían "verá señorita.."

Con el título ya en mis manos empecé mi vida laboral, en serio; dejé de ser la estudiante universitaria que tenía tiempos libres, tiempo para jugar fútbol, para ir a entrenar; fiestas los domingos en la casa, la que se quedaba a dormir en cualquier casa, total, el lunes no tenía obligaciones que cumplir.

Empecé mi primer trabajo como "Ing.", fuí a Pedernales, una ciudad de la Costa ecuatoriana. Como siempre, al llegar, todas las indicaciones, la bienvenida y a trabajar..  Encontré a un excompañero de la U, al que apreciaba mucho y a quién confié partes de mi vida mientras eramos estudiantes; estaba contenta de trabajar con alguien conocido, pero enseguida empezaron los descoles, los no escucharme, los no responderme, los ignorarme. El se convirtió en un desconocido para mi y por su rechazo yo sentí incómoda mi soledad.  Al fin de un mes de preparativos, unos supervisores llegaron a observar el inicio de nuestro trabajo, hubo tanta desconfianza que todos metieron sus manos, entorpeciendo el trabajo del principal que era el perforador y las cosas empezaron a salir mal, mi voz no existía para ellos, los errores trataban de ser justificados comprobando mis aportes, rehacían mis cálculos y medidas. Una noche, me llamaron a informar que ya tenía remplazo, que podía recoger mis cosas e irme cuando gustara. Varias veces pregunté las razones y las respuestas siempre fueron distintas, nunca hubo una justificación real, la verdadera razón la sospecho. A esto le llamo injusticia.

En mis siguientes trabajos he encontrado mas compañeros que han negado mi esfuerzo físico, han dudado hasta de mi capacidad para caminar, me han mandado a callar, me han calumniado, me han criticado mi orden y desorden, han propagado falsa información acerca de mis actividades desmereciendo mi trabajo, han hablado a mis espaldas, han exagerado mis errores, me han llamado feminista creyendo que es un insulto,  me han llambado resabiada, machona, anoréxica, han urgado en mi vida privada, en los campamentos han revisado mi habitación, me han acumulado el trabajo a ver si así me despecho y me voy, me han descolado, me han aborrecido, mis "amigxs geólogxs" me dieron la espalda, me criticaron, no me escucharon y tampoco me preguntaron nada.. todo lo que se dijo de mi, lo creyeron.

Estuve herida, triste, insegura, descontenta, atemorizada, desilusionada, débil, dolida, decepcionada y cuántas cosas más que no encuentro palabras para describir todo el sufrimiento que viví; mi candidez me jugó malas pasadas y me llevó una y otra vez por el mismo camino de la confianza.

Después de trabajar en mi cuerpo, en mi mente y en mi espíritu, puedo ver las cosas de otra manera, aún siento tristeza por el mundo y por las inequidades; sin embargo, creo que mi resistencia en mi posición de mujer trabajadora, me ha permitido seguir dentro del sistema, buscando provocar cambios, ofreciendo visiones y otras posibilidades a los asuntos de siempre.

Claro que festejo el día de la mujer, porque igual que yo, hay muchas que pasan cada día por los mismo, que murieron por los mismo; pero aquí estamos y aquí seguiremos, ocupando los espacios que por derecho nos pertenecen, los espacios que nos hemos ganado con perseverancia, lucha y presencia.

Hoy me siento feliz, incluso con los otros porque reconozco quien soy y porque soy parte de todo.

FELIZ DÍA, TODOS LOS DÍAS MUJERES..

3.03.2010

Extra-ordinarios almuerzos (Catu)

Caminando en pleno sol, un ligero viento me roza y corre, corre, corre, saltando gradas, esquivando baches y gente. A medida que se distancia veo sus tobillos, pues el azúl marino pantalón se le ha achicado y en el transcurso del día, las medias se han escurrido hasta hundirse en sus pequeños zapatos negros cuyos enormes cordones han recorrido varias vueltas hasta encontrarse otra vez y formar los nudos que impiden que salga disparado en uno de esos trotes repentinos y alocados.

Regresa a la casa desde su escuela, el uniforme descachalandrado me lo dice. Qué enorme alegría lleva! su actitud me lo dice..

Me contagio y sonrío, acelero mi paso.. ya en la puerta de calle, con el silencio más prudencial intento abrir el candado, pero la sigilosa Venus me detecta y como siempre salta emocionada, saca su cabeza por el agujero por donde meto mi mano para agarrar el candado, lame mi mano, la muerde y de la manera más forzosa, logro entrar.. ella con su enérgica emoción posa todo su cuerpo en mi, simula un enoooooooorme abrazo, toma impulso y se va corriendo a toda velocidad a dar una vuelta de campana alredor del alborotado patio; mientras tanto me escabullo y logro cruzar la cerca destruida por ella misma..   al otro lado me encuentro con "la llorona", miaaaaaaaaau miaaaaaaaaauuu dice y me sigue rozando su cuerpo contra mis piernas, el objetivo es marcarme, ya lo sé!; acaricio su cola y entonces empieza el "chow" del revolcón sobre la verde hierva y las frutillas plantadas.

Unos enormes ojos me observan y en seguida viene la sonrisa y el  caluroso beso que me recibe en la entrada de la sala, pronto llega la comida, una pequeña charla y el último beso acompañado del último apasionado abrazo de Ann por la tarde.

Cuando salgo la ágata cruza sus brazos, se sienta en la grada y observa mi partida; la venus corre hacia la puerta de calle y espera con la esperanza de escuchar "vamos"; no lo escucha, entonces viene el último apasionado abrazo de venus, por la tarde..

Otra vez en la oficina..  tomo agua para no dormirme, abro el cajón, saco mis lentes, los limpio y me siento; retomo mi trabajo, pero percibo que algo se mueve en mi saco al vaivén de mi respiración, me reviso y claro.. lo olvidaba.. agarro la cinta de embalaje, rompo un gran pedazo, la emvuelvo en mi mano y empiezo a limpiar las lanas y pelusas que indican que fuí amada..